"Odio las mañanas", de Jean-Marc Rouillan

Odio las mañanas
Jean-Marc Rouillan
Llaüt
Papel ecológico, 160x235, 208 páginas
PVP 15 Euros

El autor:

Jean-Marc Rouillan (Auch, 1952) es un activista francés de la izquierda radical antiautoritaria y escritor, miembro fundador del grupo terrorista[1] Action Directe que fue condenado en 1987 por la justicia francesa a prisión perpetua por su participación en el asesinato del director general de Renault, Georges Besse, y del general René Audran. Activista antifranquista, su militancia es clasificada en el sector autonomista y también en el radicalismo libertario.

Durante los años 1970 Rouillan participó en España en la creación del Movimiento Ibérico de Liberación, del que fue miembro Salvador Puig Antich, último prisionero político ejecutado al garrote vil por la justicia franquista, y de los Grupos de Acción Revolucionaria Internacionalista (GARI), organizaciones de agitación armada que formaron parte del movimiento obrero clandestino antifranquista en el área de Barcelona y en el sur de Francia.

En 1979 es uno de los fundadores de Action Directe y es arrestado por primera vez en 1980 en compañía de Nathalie Ménigon. Tras la investidura de François Mitterrand como presidente de la República, Rouillan se benefició de una amnistía presidencial en 1981 y fue liberado junto con los otros militantes de Action Directe y de los GARI, pero decidió pasar a la lucha armada constituyendo una célula terrorista junto con Ménigon, Joëlle Aubron y Georges Cipriani.

Las acciones violentas de la célula de Rouillan comenzaron en 1982 con el asesinato de Gabriel Chahine, un confidente de la policía que colaboró en su detención de 1980, y culminó con el asesinato del general René Audran, en 1985, y el del presidente director general del la empresa Renault Georges Besse el 17 de noviembre de 1986, a raíz de un despido masivo de miles de trabajores de las fabricas de la empresa.

La célula pudo ser capturada el 21 de febrero de 1987 en una granja a proximidad de Vitry-aux-Loges en el departamento de Loiret. Estos asesinatos comportaron a Rouillan y sus colaboradores una condena a prisión perpetua en 1987, no obstante combinada en su caso con una peine de sûreté o período de seguridad de dieciocho años.[2] El 26 de septiembre del 2007, un tribunal de París le concede la libertad condicional.[3]

En prisión, Rouillan se ha distinguido en palabras de Le Figaro, por no renegar de sus convicciones[4] y considerarse un prisionero político. Ha apoyado a sus compañeros de Acción Directa mediante huelgas de hambre y escritos. Es el autor de diversos libros, sobre recuerdos de sus años de lucha con sus compañeros de los GARI, crónicas carcelarias y recopilación de textos en los que denuncia las condiciones de vida en las prisiones francesas.

En 1999 se casó con Nathalie Ménigon en Fleury-Mérogis, siendo encarcelado en la prisión central de Lannemezan en los Hautes-Pyrénées. En su obra Lettre à Jules,[5] Rouillan se dirige a Jules Bonnot, jefe de la Bande à Bonnot, grupo de activistas anarquistas que a principios del siglo XX se distinguió por asaltar distintos bancos "expropiando para la causa anarquista".

Escribe regularmente en periódico francés mensual de crítica y experimentación social CQFD, abreviatura de "Ce Qu'il Faut Dire, Détruire, Développer" (Lo Que Es Necesario Decir, Destruir, Desarrollar), donde distintos movimientos sociales abordan temas como la precariedad laboral, la okupación, el ecologismo, antiglobalización o las condiciones de presos en las cárceles.

Jean-Marc Rouillan pisó por primera vez la calle el 17 de diciembre de 2007, tras 21 años de prisión.

* Fuente biografia: Wikipedia.

Sobre el libro (mi opinión):

Cita del libro:

«Escribo para no reventar, por temor a la muerte lenta y a la gangrena de la amnesia, en la que se pudre toda una generación. [...] Escribo mientras noto cómo me sube por dentro la bomba de explosión retardada de estos años de soledad. [...] Escribo porque todavía no se me ha ocurrido nada mejor para matar definitivamente las mañanas carcelarias. O porque no he tenido valor para hacerlo. Escribo para que esas mañanas sin vida se encarcelen y se hundan en el dolor de las palabras y de su frágil arquitectura.»

A mi entender un gran libro, que más que inventar historias, tal y cómo estamos acostumbrados, nos redescubre realidades. La gran mayoria de nosotros, no tenemos más que una remota idea de lo que puede ser la vida en prisión, siendo la cárcel, los prisioneros y el sistema carcelario un gran desconocido para la mayoria. No dudaré en señalar a los propios gobiernos, a los propios medios, y seguramente al propio sistema, para decir que la vida en las cárceles, es un gran misterio para la mayoria.

Conocemos sin dudas de un sistema judicial que a todos nos tutela, conocemos por los medios, por los comentarios, de los juicios, las detenciones, y las penas, pero desconocemos que pasa con un preso una vez ingresa en prisión, que tipo de vida, que tipo de condiciones le espera.

Aún y que Jean-Marc Rouillan es preso del estado vecino (Francia), dudo que disten mucho las condiciones de las prisiones del estado francés del estado español. Seguramente canvian los nombres de las administraciones, de los funcionarios, pero no la vida entre paredes y barras de hierro.

El libro no es sólo una descripción de la vida privada de libertad, sino que también nos permite conocer un poco acerca de la ideologia de su autor, conocer de la historia de organizaciones como el MIL, los GARI, o Action Directe, y la ideologia en primera mano de sus miembros.

El libro es duro, cómo la vida misma en prisión supongo, pero no abusa de la dureza, ni se hace pesado narrando la vida en prisión, ni mucho menos trata de adoctrinar a quien lo lea. Simplemente Jean-Marc nos cuenta su visión, y creo que casi podría decir que el autor nos dice sin decirlo "yo cuento lo que siento, y a quien no le guste que no me lea...".

Pero cómo digo, ni cae en victimismos, ni mucho menos, ni cae en un uso impropio de la dureza de la cárcel. Es un libro que permie reflexinar, y mucho:

¿Es acaso el sistema carcelario y penitenciario actual útil?, ¿Que teoria lo sustenta, la de reeducación y reinserción social y laboral, o la de castigo (simplemente)?, ¿Se encarcela de verdad a los culpables de los males de la sociedad, o simplemente se castiga a la "casta" que no se puede pagar buenos abogados?

Yo creo personalmente, que el sistema carcelario actual, simplement aparta, esconde a aquello ponen en peligro el engaño en que vivimos. Que la teoria que se esconde realmene detrás del sistema penitenciario, es la del cástigo, castigar simplemente. La reinserción, cómo teoria, ahora mismo no debe de ser más que una teoría política y de derecho del fin que debería de tener la prisión.

Pero más allá de estas reflexiones, se me han planteado muchas más dilemas, podría decir que interiores. ¿Que solución se debería de dar a los delitos de sangre?, ¿Son los detenidos de Action Directe cómo Jean-Marc terroristas a presos políticos?

La sociedad actual, nuestro mundo, nos interioriza muy profudamente un dogma: "quien la hace la paga", y este dogma se da mucho más en delitos de sange. Casi nadie pone en tela de juicio que un delito de sangre deba de quedar impune, pero ciertas veces, cómo creo que es el caso del libro, nos hace reflexionar.

¿Realmente todos los delitos de sangre són iguales?, ¿se debe de descartar totalmente la lucha armada cómo via eficaz de canvio?

Me viene en mente por ejemplo los inicios del MIL, con la figura de Salvador Puig Antich, su ideologia de rechazo total al franquismo, y su vía de utilización de la violencia, simplemente porque era la única vía de lucha que aceptaba el régimen dictatorial. Seguramente en aquel momento alguien los vio cómo simples terroristas, y seguramente algún que otro periódico se refirió a ellos cómo asesinos; para mi, eran mucho más que estas definiciones lógicamente...

En resument podría decir que es un buen libro, que nos hace reflexionar, que nos hace pensar, y que nos permite conocer mucho más allá de la realidad que podemos tener a nuestro alcanze.