diumenge, 13 de juliol del 2008

El llop estepari (part 2)



"El que haya gustado los otros días, los malos, los de los ataques de gota o los del maligno dolor de cabeza clavado detrás de los globos de los ojos, y convirtiendo, por arte del diablo, toda actividad de la vista y del oído de una satisfacción en un tormento, o aquellos días de la agonía del espíritu, aquellos días terribles del vacío interior y de la desesperanza, en los cuales, en medio de la tierra destruida y esquilmada por las sociedades anónimas, nos salen al paso, con sus muecas como un vomitivo, la humanidad y la llamada cultura con su fementido brillo de feria, ordinario y de hojalata, concentrado todo y llevado al colmo de lo insoportable dentro del propio yo enfermo; el que haya gustado aquellos días infernales, ése ha de estar muy contento con estos días normales y mediocres como el de hoy; lleno de agradecimiento se sentará junto a la amable chimenea y con agradecimiento comprobará, al leer el periódico de la mañana, que no se ha declarado ninguna nueva guerra ni se ha erigido en ninguna parte ninguna nueva dictadura, ni se ha descubierto en política ni en el mundo de los negocios ningún chanchullo de importancia especial; con agradecimiento habrá de templar las cuerdas de su lira enmohecida para entonar un salmo de gratitud mesurado, regularmente alegre y casi placentero, con el que aburrir a su callado y tranquilo dios contentadizo y mediocre, como anestesiado con un poco de bromuro; y en el ambiente de tibia pesadez de este aburrimiento medio satisfecho, de esta carencia de dolor tan de agradecer, se parecen los dos como hermanos gemelos, el monótono y adormilado dios de la mediocridad y el hombre mediocre algo encanecido que entona el salmo amortiguado. Es algo hermoso esto de la autosatisfacción, la falta de preocupaciones, estos días llevaderos, a ras de tierra, en los que no se atreven a gritar ni el dolor ni el placer, donde todo no hace sino susurrar y andar de puntillas".
Fragmento de "El lobo estepario" de Hermann Hesse
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No es que el otro día digera que el libro no era bueno, porque no es así; es de estos libros que les, y que deseas volver a leer al acabarlos, pero quizás me esperaba tanto, tanto, que... Es como esa chica que siempre has deseado, y la tienes en los brazos un día y piensas "¿esto era todo?". Pero sin dudas es un gran libro, un magnífico libro, que me repito una vez más, creo que más que ser una obra misántropa, es profundamente vitalista, y que demuestra, cómo salen a flote en el ser humano las ganas de vivir, cómo todos tarde o temprano nos arrepentiremos de dejar pasar nuestros días en el absurdo en ocasiones, de no vivir cada día cómo si fuera el último, de que la vida se trata de vivir en resumen.
Pero para lograrlo, para lograr transmitirlo, nos habla des de el punto de vista de un lobo, de uno que se cree un lobo estepario, como tantos hay en el mundo, pero que en el fondo desea fervientemente lo que todos, amar, reir, bailar, emborracharse tranquilo junto a los brazos de quien lo ame, encontrar un beso en unos labios, o tener cerca un amigo con quien hablar.
En lo que se refiere al fragmento que he seleccionado: sin duda alguna, aquellos que cómo yo hemos vivido en el sufrimiento extremo del espíritu, que no hemos padecido enfermedad orgánica grave, sino más bien espiritual, que nos hemos pasado un día entero deseando que el día se acabara, y una noche rezando para que el día no emepezara, sabremos bien de que habla el texto de Hermann Hesse. Para muchos la monotonía, el que no pase nada, el estar sujeto a levantarse para ir a trabajar, cenar con su pareja, pasear por una calle (la calle de siempre), y no vivir por contra el poder ir en un gran descapotable (ejemplo absurdo), que no le toque la loteria, y no estar ligando (con posibilidades) con una rubia despampanante, es perder el tiempo, o no hacer nada; pero por el contrario aquél que ha vivido en carne propia, cómo la calle se convierte en un peligroso río, o que insípida resulta la cena en la soledad buscada, o que al día siguiente no se tiene trabajo para poder conseguir un poco de dinero para pagar las facturas; saborea, disfruta, agradece con sabiduria (a mi entender), el placer de levantarse temprano, almorzar con hambre, ir al trabajo con tranquilidad, comer en su casa (que se puede pagar), que no haya ninguna pelea ni en su interior ni en su exterior, y salir por ejemplo a pasear y a leer un poco bajo los rayos del sol en Julio y bajo la luz de una lámpara de un bar en Diciembre.
No le pidas a Dios más que no te muestre nunca cómo es el infierno.
Con recelo miro a aquellos, que se quejan de su vida, porque no es lujosa, porque no pueden aparentar tanto cómo desean, o porque no tienen el físico que sueñan. Y no saben apreciar su techo, su compañía y su soledad (porque todos necesitamos momentos breves de soledad), el buen gusto de un buen vino comprado por la tarde, y la sonrisa de la (o del) que tenemos enfrente; quizás necesiten vivir un tiempo bajo un puente, o en un desierto, o en la desesperación del mal psicológico, para poder apreciar por fin lo que tienen a su mano.
Quiero quiero quiero, deseo deseo deseo, siempre lo mismo. En lugar de doy grácias, aprecio, agradezco. Quiero que me den... Y no un quiero que mi Yo me dé; yo trabajo cada día para que crezca mi yo, un poco más, no quiero que me den, quiero ganarme, no quiero lujos, quiero la paz y la paz siempre es senzilla y humilde.
"El lobo estepario" lo narra aquél que se ve a si mismo cómo un lobo estepario, pero que se da cuenta al final, que se ha construído esta imagen, y que ni es un lobo, ni es un humbre lobo, sino que es un hombre, que tiene mil rasgos, mil maneras de ser, como todos, pero que se resguardó en la seguridad de la soledad de los libros, de escribir, de pensar, para esconderse de la verdadera dificultad de la vida; que es vivir.
Un misántropo que acaba enamorándose.
Amar a toda la humanidad es imposible, me contento (hablo por mí) con amar a unos pocos, a unas pocas, no me tiro en cara, que a muchos los deteste, o no los entienda simplmente.

1 comentaris:

mnserrat on 13 de juliol del 2008, a les 14:24 ha dit...

Eres bueno reflexionando libros.(Pareces un hombre interesante. Me gustaria mantener el contacto contigo.)

Por eso el hombre siente la necesidad de escribir, ¡expresar un mundo! que puede cambiar al proyectarlo a un lector.Y permanecer en el para siempre, como una marca de agua en las imagenes que la imaginación ha creado al leerlo.

Por eso existe El lobo Estepario. Para que sepamos simplemente que existe la diferencia.

Admiro aquellos que saben explicarlo!!!

Hay que dar patadas al hielo, reirse en la calle, lamer un helado, ¿ pasar una noche sin dormir? Quizas, para saber valorarlo el cansancio o la pérdida de un cuerpo que te abraza.

Yo poco he contado de mis noches sin dormir de hace unos años, creo. Pocos saben de mi que sentia la felicidad al sentir que el viento levantaba mi pequeño cuerpo ayudandole a caminar al salir de las paredes donde vivia.
(pero ya todo pasó aunque todavia existe el viento)

Todos guardamos unos momentos de tristeza solitaria. Pero el lobo sabe luchar por su propio aullido. No necesita la comprension de nada ni de nadie.Vive en su montaña particular. A oscuras.

Amar a toda la humanidad, no es imposible, pero es dificil. Amar a unos pocos, es necesario para amarse a uno mismo.

Pero amar a alguien , completamente y sin aullidos es imprescindible.

Y esa es la busqueda del hombre y del lobo.



Ahí está el lobo
aullando a la luna.

( me voy a difistinto, a intentar escribir el sueño del olor 51)

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